miércoles, 7 de marzo de 2018

Basta de bullying, por favor

¡Hola chicos! Si, tengo pendiente una entrada. Tengo pendiente contaros qué voy a hacer con el blog. Básicamente es lo mismo de siempre así que en otro momento terminaré de escribir esa entrada. Hoy os voy a contar una cosa que no tiene nada que ver con  la temática del blog porque si no lo hago reviento.

Estaba en la calle dando un paseo y, de repente, he visto a dos niñatos insultando a una niña mientras se reían. Era una niña que conocían porque la llamaron por su nombre, y aparentemente podían tener la misma edad. Ya sé que estoy sacando de contexto esto, porque ha sido medio minuto. Han hecho eso y se han ido como si nada. Sonrientes y felices de la vida. 

Probablemente ni siquiera saben el daño que hacen, ellos se ríen su minutito y se sienten bien consigo mismo. Son unos machotes eh. Pues seguramente la niña en cuestión esté ahora triste en su casa. Pensando en que mañana tendrá que levantarse otra vez obligada en ir al colegio donde probablemente le toque vivir otro día en el infierno. A mi me pasó eso en su día. Por eso me gustaría decir algunas cosas, sobre todo a la gente que no insulta directamente, sino a los que se ríen y siguen el juego: no sabéis el daño que hacéis con esas simples carcajadas. Esas risas provocan lágrimas y quitan las ganas de vivir de la persona que os estáis riendo. Y no os dais cuenta porque vosotros pensáis que reirse no es nada malo. Si dejáis de reir esas gilipolleces, algún día dejaran de insultar. Solo buscan ser populares y creerse los más guays. Sin esas risas os aseguro que evitaréis muchas lágrimas.

También, si eres una persona afectada, me gustaría decirte unas palabras: sé fuerte. En esta vida de todo se aprende. Algún día, probablemente, todos esos imbéciles que se ríen de ti te admirarán por los logros que consigas con tu esfuerzo. Dedica tus pensamientos a visualizar el futuro, con la esperanza de que el tiempo generalmente pone a cada uno donde merece. No podemos hacer nada por poner a los demás en su cubo de basura, que quizá sea el lugar merecido, pero si podemos trabajar por llegar a donde creamos que merecemos estar.

Cuando era pequeña, y no tan pequeña, se reían de mi porque era gordita y tímida. Con el paso de los años, muchos de esos imbéciles me han pedido salir. Y evidentemente les he rechazado. Yo he tenido mis pequeñas victorias, y os animo a que luchéis por tener las vuestras.

Si estás de acuerdo con estas palabras, comparte la entrada. No podemos permitir que esto siga ocurriendo en todos los colegios. En todas las aulas. Ahora me dirijo a los que tienen hijos en edad escolar. Habéis sido niños. Sabéis lo que ocurre en los colegios. Por favor, no dejéis que esto siga ocurriendo.

2 comentarios:

  1. Excelente post aunque no tenga que ver con la temática. Yo igual pienso que esas risas e insultos son actos deplorables y que ni entienden el dolor que causa, solo lo sabe la persona afectada; cambiando su comportamiento, haciéndoles personas tímidas tras el abuso y no dejandoles ser como realmente son por el miedo a que dirán o las risas. No solo son culpables de crear pena y dolor los que hacen las "bromas" o "abusos" sino que todo aquel que les ríe las gracias son complices y animan indirectamente a seguir haciendo, pues les hacen pensar que son los mas guays como tú has dicho. Esto debería de terminar y eso solo será posible con una educación basada en el respeto, la empatía y el compañerismo. Un saludo amiga ;)

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    1. ¡Hola Miguel! Me alegra ver gente que piensa igual que yo y que además lo expresa. La gente que sufre estos abusos (como fui yo en su día) necesita saber que hay mucha gente dispuesta a ayudar. Hay veces que una simple pregunta, un qué tal estás a través de una red social por ejemplo, esa muestra de interés de una persona a la que probablemente no conozcas ni en persona, te ayuda a seguir adelante. Por eso he escrito estas líneas, para que cualquiera que esté en una situación así, quizás, saque una sonrisa y vea el ejemplo de alguien que ha logrado salir adelante. ¡Un saludo Miguel!

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